Capitulo 1, El paso de Al-Yaza’ir.


Hacia ya dos años que llevábamos luchando contra los monstruos, ya ninguno nos preguntábamos de donde habían venido, o que habíamos echo para merecernos este castigo de los dioses, la lucha había sido agotadora y cuando ya parecíamos rendidos, al General Yafir se le ocurrió la idea de embarcar a toda la gente y a todas las tropas que nos quedaran en nuestros numerosos barcos y partir en busca de otro lugar donde poder vivir, lejos de su amenaza.

Juntamos a toda nuestra gente en el puerto de Maahdib, pero los monstruos nos persiguieron y tomamos la decisión de enviar a unos cuantos hombre al paso de Al-Yaza’ir para intentar detenerlos, era una misión suicida, porque los barcos no los esperarían, cuanto mas tiempo defendieran el paso, mas tiempo darían a su gente para embarcar.

Por supuesto me presente voluntario, y mi pecho se hincho de orgullo al comprobar que mis hombres se adelantaron dispuestos a seguirme en esta nuestra ultima empresa.

Estuvimos esperando en nuestras posiciones a que los monstruos se acercaran al paso que defendíamos, incluso tuvimos tiempo de preparar alguna defensa y montamos un murete con piedras de los alrededores.

Al mediodía, apareció la avanzadilla enemiga, un enjambre de arañas gigantes, mis hombres y yo habíamos luchado muchas veces contra ellas, y sabíamos que si solo nos enviaban eso seriamos capaces de aguantar bastante tiempo.

Las arañas comenzaron a avanzar rápidamente, mientras mis hombres armados con arcos acabaron con varias de ellas, aun así la marea de monstruos no se detenía.Me tranquilizaba ver como mis hombres a pesar de las circunstancias hacían chistes y soltaban bravuconeadas.

Ahora que se encontraban mas cerca nuestras flechas eran mas certeras y las arañas caían a gran velocidad.

Finalmente llegaron al cuerpo a cuerpo y pudimos comprobar que nuestro murete aguantaba muy bien las acometidas de los monstruos.

Tres de mis hombre murieron nada mas empezar el asalto a nuestra posición, el resto nos tomamos venganza y acabamos con muchas arañas, pero seguían viniendo mas.

Luchamos bien, y acabamos con ellas, los cuerpos de los monstruos llenaban el campo a nuestro alrededor y a excepción de las primeras bajas no había perdido a más hombres, gritos de victoria y rabia salieron de nuestras resecas bocas.

¿Seriamos capaces de aguantar hasta la noche?

Ese era el tiempo que nos dijeron que teníamos que aguantar, a partir de allí, las naves ya se habrían ido y podríamos retirarnos, seguir luchando y malviviendo todo lo que aguantáramos.

Pero no, de repente aparecieron las hermanas mayores de las arañas que habíamos derrotado y además iban acompañadas de un demonio gárgola, mire a mis hombres y vi la desesperación en sus rostros, chille nuestro grito de guerra y les mande cargar, que otra cosa podíamos hacer.


"Algunos podrán decir que eran unos locos, otros los llamaran héroes, pero lo que hicieron este puñado de hombres, las breves horas que aguantaron la embestida de los monstruos, sirvió para que hoy, muchachos, vosotros, vuestras familias, todos nosotros, nos encontremos aquí, dispuestos a formar una nueva nación, dispuestos a olvidar a los monstruos, pero lo que no olvidaremos nunca será lo que nos regalaron estos hombres ese día en el paso de Al-Yaza’ir."

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