Capitulo 2, El primer contacto.


Nathaniel llevaba todo el día de patrulla por el sur del país, la verdad no sabía muy bien porque, si Yorkerland había sido alguna vez atacada lo había sido desde el norte, donde los pictos llevaban haciendo raids desde generaciones, pero las tierras del sur eran tranquilas.
Su país dominaba la practica totalidad de la isla, solo el montañoso norte permanecía fuera de sus manos, mas por poco interés propio que por las dificultades de vencer a los salvajes que habitaban en aquellas tierras.

Como tantas otras veces durante sus patrullas, Nathaniel decidió escaparse un ratito y se dirigió hacia una de sus playas favoritas, le gustaba porque estaba bastante retirada de todas las poblaciones de la zona y podías perderte en ella, relajarte y olvidar todas tus preocupaciones por lo menos durante un rato.

Cuando se estaba acercando noto un pinchazo en su brazo izquierdo, mecánicamente se preparo para cualquier cosa y agarro con fuerza su lanza mientras espoleaba hacia delante a su caballo, había aprendido a obedecer a sus instintos, siempre que sentía ese pinchazo en el brazo, es que algo raro estaba pasando, como cuando a la edad de 12 años cuidaba con su hermano del rebaño de ovejas familiar, el se había apartado algo y buscaba entre los montones de piedras una que por su forma y peso le pudiera valer para hacer practicas con la honda, de repente sintió el pinchazo en el brazo y una urgente necesidad de correr hasta donde se encontraba su hermano.
Llego justo a tiempo de ver a Jhon tirado en el suelo junto a un lobo que intentaba encontrar el mejor momento para lanzársele encima, Nathaniel lanzo la piedra con su honda e impacto con brutalidad en el costado de animal, que ante lo inesperado de la situación abandono el lugar, dejando a su presa llorando y dándole la gracias a su hermano desconsoladamente.

Si, había aprendido a seguir sus instintos, y esta vez le decían que algo que podía acabar con la paz del país, estaba pasando, de repente al acercarse a uno de los desfiladeros, se dio cuenta de lo que pasaba, una decena de barcos que nunca había visto antes, estaban encallados en la playa, de ellos bajaba un montón de gente extraña y ya habían empezado a hacer una especie de campamento, pero lo que hizo que casi se cayera de su caballo, y que partiera a toda velocidad a hablar con su sargento fue la siguiente imagen.